EL ADN DEL FROZEN
Ganadora del Oscar a mejor película animada, mejor canción original y más recientemente el largometraje animado más taquillero de la historia, Frozen se ha convertido en el estandarte de la segunda edad dorada de Disney, y en todo un fenómeno mundial. A continuación algunas razones por las que atrajo espectadores como fruta a las moscas.
Contradicción e ironía
Normalmente quien va a cine para ver una película de princesas no lleva consigo demasiadas expectativas, por lo que Frozen atrapó con la guardia baja a sus primer público, y lo hizo valiéndose de elecciones realmente ingeniosas que acabaron con muchos clichés. La más importante de ellas es sin duda, el fin del amor a primera vista. Los que la han visto ya, muy probablemente reflexionaron acerca de la inesperada revelación del verdadero villano, quien en un principio parecía ser el "príncipe de turno", se convierte en la sabandija sociópata más manipuladora que haya conocido el público objetivo. A pesar de presentarse de una manera inesperada y brusca, esta parte de la película dejó una sonrisa dibujada en mi rostro, pues imaginé que el público infantil se hará una idea temprana de los "peligros" de nuestra sociedad, y en el mejor de los escenarios los salvará de futuros errores.
"Let it go" prueba sonar bien en cualquier idioma
Resulta bastante sencillo sentirse identificado con los personajes. Desde un huérfano criado por trolls que hace un acto de ventriloquía con su alce, hasta la más curiosa e ingenua princesa (un poco más que Ariel). Disney se ha jugado bien sus cartas al apostar por el sentimiento de querer ser libre tan propio de todo ser humano. ¿Quién no quiere dejarse llevar y dejar salir esos sentimientos cantando a todo pulmón?
No hay personaje sobrante en esta representación de "La reina del la nieve"
El desenlace es lo que permite a este filme hacer historia, pues expande el significado de "verdadero amor", que había existido hasta ahora sólo como un beso sincero entre dos amantes. El momento del sacrificio de Ana es tan conmovedor que lo tuve que buscar más tarde para repetir la emoción, esto no sucedía desde que en Toy Story 3 los juguetes aceptaban sin palabras su muerte en una de las escenas más bien logradas que he visto en la historia de la animación.
Está de más mencionar la alucinante animación del filme, ¿sabían que
los desarrolladores tenían un generador de copos de nieve únicos?
Las maravillosas canciones asestan el "Coup de grâce" y convierten a este filme en merecedor de lo que ha logrado. Así pues, por tener el valor de romper moldes, apostar por la familia, refugiarse en la tolerancia y dejar volar la magia helada en el cine una vez más, Frozen lo consiguió.
Seguro Disney aprovechará esta piedra preciosa para continuar cosechando dólares, solo podemos esperar que haga un buen trabajo con la especulada secuela. Por el momento tenemos el musical en Broadway. Recuerden seguir viendo animación, ¡simplemente porque vale la pena!
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